Hay un día en tu vida en el que te postras frente a un igual y de repente, te das cuenta de que estás desnudo frente al espejo. Ese día comprendes que toda la vida has estado ahí, pero que no has querido, no has podido o no has sabido verlo.
Te muestras sin cargas y comienzas a recibir el bienestar del otro; al vaciar su mochila, y lucir sin corazas, decides seguir adelante en la fusión con el ser, comprendiendo que había que recorrer un camino y pagar un peaje para llegar al AHORA.
Pero ahora, en este instante, comprendo el " Soy uno, no hay otro "
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